viernes, 29 de mayo de 2009

Desarrollarse con éxito, a pesar de la adversidad

Permítanme un pequeño comentario acerca de un hecho, que ha conmovido a millones de personas en el mundo y que es un ejemplo de lo que puede significar el aprovechamiento de las posibilidades de las personas ante la adversidad.
Susan Boyle, una mujer de Escocia, con 47 años ha logrado que más de 12 millones de personas en solo unos días consulten Youtube para acceder a los videos del Concurso de Talentos de Inglaterra en este 2009. Susan, canta como los ángeles.
Con un perfil ciertamente torpe, en su coordinación motora, con un trastorno de aprendizaje que ha tenido que cargar durante toda su vida, debido a dificultades neurológicas en el momento del nacimiento, con una sencillez que normalmente está reñida con las estrellas del espectáculo, pero con una fuerza de voluntad impresionante, ha acaparado la atención del Mundo.
Los invito a que escuchen sus presentaciones y estoy totalmente segura que sentirán lo mismo que yo he sentido cada vez que la he escuchado.
Creo que este hecho vale la pena relacionarlo al Enfoque de Resiliencia que sustenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) y pudiera ser un ejemplo importante para todas aquellas personas con TDA-H o Problemas de Aprendizaje y tambien para los que de una forma u otra influimos en ellos. Fijarnos en los denominados ‘atributos de éxito’ especialmente los relacionados con la habilidad para delimitar la dificultad de aprendizaje viéndola como sólo un aspecto más de sí mismo y una conciencia más realista tanto de talentos y habilidades como de limitaciones personales; compromiso activo e implicación con el mundo, sentimiento de poder, control y responsabilidad sobre el destino, habilidad de tomar decisiones y llevarlas a cabo responsablemente, disposición para consultar a otros y flexibilidad para considerar opciones; persistencia del esfuerzo para lograr metas a pesar de las dificultades y habilidad para reajustarlas, aprender de las dificultades y reconocer el valor de la adversidad; establecimiento de metas realistas, claras y flexibles en diferentes dominios y de planificar estrategias; disponibilidad y uso efectivo de apoyo y percepción de uno mismo como agente de ayuda; desarrollo de medios para reducir y manejar afrontar el estrés, la frustración y otros aspectos emocionales asociados a las Dificultades que se tengan, manteniendo un punto de vista positivo.
Quiero con esto abrir un espacio de interacción de opiniones acerca del Enfoque de Resiliencia en las personas con TDA-H. Prometo un comentario más amplio al respecto en los próximos días.

lunes, 25 de mayo de 2009

INVITACION
El Centro de Atención al TDA-H y Trastornos de Aprendizaje y el Colegio Mayaland , invitan a todo el Personal Docente, Directores de escuelas y Psicólogos escolares del Municipio Solidaridad a la Conferencia
“Tengo TDA-H, ¿me conoces?”

Impartido por: Lic. Nieves Herrera Conde. Psicóloga Educativa y Pedagoga. M. Psicopedagogía Clínica. Directora de Psicopedagogía Cancún S.C. Centro de Atención al TDA-H y Trastornos de Aprendizaje. Miembro de CHADD (Children and Adults with Attention Deficit /Hiperactivity Disorder) y de la Asociación Mexicana de Déficit de Atención y Trastornos Asociados.

Lugar: Auditorio Colegio Mayaland.
Jueves 4 de junio del 2009.
Hora 6:00 pm

ENTRADA LIBRE

lunes, 18 de mayo de 2009

Educar. Reflexión...

Permítanme una reflexión más, este poema “Educar” escrito por Gabriel Celaya, creo que está hecho especialmente para nosotros los padres, los maestros y todos los que de alguna manera tenemos contacto con niños :

Educar es lo mismo,
que poner un motor en una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma,
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que ese barco,ese niño,
irá muy lejos por el agua.

Soñar que cuando un día,
este durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.

jueves, 14 de mayo de 2009

Psicología de Emergencia. ¿Por qué es necesaria?

Ante el momento de contingencia sanitaria que se vive, es importante que los padres y los maestros conozcan medidas que se toman ante situaciones de emergencia.
La Psicología de Emergencias como una nueva especialidad dentro del quehacer profesional del psicólogo, aunque muchos otros la enmarcan dentro del ámbito de la salud o social. La psicología de las emergencias se refiere al estudio del comportamiento humano antes, durante y después de situaciones relacionadas con las emergencias, utilizando para ello técnicas y hallazgos propios de la experiencia que dentro del campo de las emergencias y psicología existe. Indiscutiblemente se hace cada vez más necesaria la investigación, el desarrollo y aplicación de estos elementos a este tipo de eventos, cada vez más frecuentes en nuestro ambiente.
Para los padres y maestros es importante si ocurre una emergencia o desastre, reconocer las reacciones normales de los niños al evento. Generalmente, las reacciones de los niños están relacionadas con la edad y son específicas. Las situaciones de emergencias, pueden ocurrir rápidamente y sin avisar. Estos eventos pueden ser aterradores para los adultos, pero son a veces traumáticos en el caso de los niños.

Durante una situación de emergencia la familia podría tener que dejar atrás su casa y su rutina diaria. Los niños pueden que se confundan y se tornen ansiosos. Como padre, usted necesitará lidiar con la emergencia de una manera que ayude a los niños a evitar que desarrollen un sentido de pérdida permanente. Es importante brindar orientación a los niños que los ayude a reducir sus miedos.

Los niños experimentan una serie de reacciones y de sentimientos en respuesta a un desastre y necesitan atención especial para satisfacer sus necesidades. Los dos indicadores más comunes de estrés en los niños son los cambios en la conducta y la regresión. Un cambio en conducta es exhibir una conducta cualquiera que no es típica de ellos. Por ejemplo, un niño sociable y extrovertido puede volverse muy tímido y aislado. La regresión es cuando ocurre conducta del pasado, tal como chuparse el dedo pulgar o hablar como los bebés.

Las reacciones ante las situaciones de emergencias, pueden aparecer inmediatamente o después de varios días o semanas. En la mayor parte de los casos, los síntomas desaparecerán después que el niño se reajusta. ¿Cuáles son los principales síntomas de alerta?

EDAD PREESCOLAR (1-5 años). Los niños de estas edades frecuentemente se sienten desvalidos y experimentan intenso miedo e inseguridad por su impotencia para protegerse a sí mismos. Muchos niños carecen de las destrezas verbales y conceptuales necesarias para lidiar efectivamente con el estrés que ocurre súbitamente. Las reacciones de los padres y de sus familias a menudo los afectan fuertemente. Las reacciones típicas suelen ser: Orinarse en la cama, miedo a la oscuridad o a los animales, apego a los padres, terror en las noches, pérdida del control de la vejiga o de la excreción, o estreñimiento, dificultad en el habla (tartamudear), disminución o aumento en el apetito, llorar o gritar por ayuda, inmovilidad, con temblores y expresiones faciales de terror, temor a que le dejen solo, miedo a los extraños, confusión.
EDAD ESCOLAR (5-11 años). El niño de edad escolar puede entender los cambios o las pérdidas permanentes. Los miedos y las ansiedades predominan en este grupo. Pueden surgir temores o miedos imaginarios que no parecen tener relación con la emergencia. Sin embargo, algunos niños se concentran en los detalles de la emergencia y desean hablar de éstos continuamente. Estas reacciones pueden interferir con otras actividades. Las reacciones más frecuentes suelen ser: Irritabilidad, lloriqueos, apego, conducta agresiva en la escuela o en la casa, competir con los hermanos por la atención de los padres, terrores nocturnos, pesadillas y temor a la oscuridad, evitar ir a la escuela, retirarse de su grupo de pares, falta de interés y una concentración pobre en la escuela, conducta regresiva, dolores de cabeza u otros malestares físicos, depresión, inseguridad, ansiedad.
INICIO DE LA ADOLESCENCIA (11-14 años). Las reacciones de su grupo de edad son de especial significado para este grupo. El niño debe saber que sus miedos son apropiados y que otros las comparten. La ayuda debe dirigirse a reducir las tensiones y las ansiedades, y los posibles sentimientos de culpa. Frecuentemente pueden presentarse conductas como las siguientes: Disturbios del sueño, disturbios del apetito, rebelión en el hogar, rehusar hacer las cosas que se le piden, problemas en la escuela ( peleas, aislamiento, pérdida del interés, conducta dirigida a llamar la atención), problemas físicos (dolores de cabeza, dolores leves, erupciones en la piel, problemas intestinales, quejas psicosomáticas), pérdida del interés en las actividades sociales de su grupo.
LA ADOLESCENCIA (14-18 años). Una situación de emergencia puede estimular los temores relacionados con la pérdida de sus familias y los temores relativos a sus cuerpos., amenaza a su proceso natural de despegue de la familia por la necesidad de unión familiar en ese momento, se interrumpen las relaciones con sus grupos y sus vidas en la escuela, pueden tener una combinación de algunas reacciones infantiles mezcladas con reacciones de adultos, pueden mostrar conducta más arriesgada que la normal, podrían sentirse agobiados por las emociones y podrían estar incapacitados para discutirlas con sus familias. Las reacciones típicas en estas edades pueden ser: Dolores de cabeza y otros malestares físicos, depresión, confusión o concentración pobre, ejecución pobre, conducta agresiva, aislamiento y distracción, cambio de su grupo o de amigos, síntomas psicosomáticos, cambios del apetito o del sueño, agitación o disminución del nivel de energía, indiferencia, conducta irresponsable o delincuente, reducción de la lucha contra el control de los padres.

CONSEJOS PARA LOS PADRES
Frecuentemente, los niños imitan la conducta de sus padres. Cuando los padres han lidiado bien con la situación, hay una gran probabilidad de que los niños hagan lo mismo. Cuando los problemas se mantienen escondidos y no se discuten abiertamente, los niños podrían interpretarlos como que algo aterrador está ocurriendo, a veces peor de lo que verdaderamente es.

¿Cómo los padres pueden ayudar a sus hijos a superar la situación.?
· Abrace y acaricie a sus niños frecuentemente.
· Asegúreles frecuentemente que ustedes están seguros y que permanecerán juntos.
· Hable con sus niños sobre sus sentimientos acerca del problema. También comparta con ellos sus sentimientos. Proveerles información que ellos puedan entender.
· Hábleles sobre lo sucedido.
· Comparta con sus niños más tiempo al acostarlos a dormir.
· Hable con sus niños sobre lo que pueden hacer. Deje que sus niños ayuden.
· Traten de pasar más tiempos juntos en actividades de familia para comenzar a reemplazar los miedos con recuerdos placenteros.
· Si sus niños están teniendo problemas en la escuela, hable con sus maestros para colaborar juntos para ayudar a sus niños.

Los niños dependen de rutinas diarias: se despiertan, se levantan, se desayunan, se van a la escuela y juegan con sus amigos. Cuando las emergencias o desastres interrumpen esta rutina, los niños se tornan ansiosos. En una emergencia siempre buscarán su ayuda o la de otros adultos y cómo usted reaccione a una emergencia, les dará la clave de cómo actuar. Si usted reacciona alarmado, el niño sentirá más miedo porque entiende nuestro miedo como una señal de que el peligro es real. Si usted parece agobiado por un sentimiento de pérdida, el niño sentirá su pérdida con más fuerza.

Los temores de los niños pueden surgir de su imaginación y usted debe tomar estos sentimientos en serio. Un niño que siente miedo, tiene miedo. Sus palabras o sus acciones pueden darle tranquilidad. Cuando hable con su niño, asegúrese de presentarle un cuadro realista que a su vez sea manejable. Los sentimientos de temor y miedo son saludables y naturales en los adultos y en los niños, pero usted como adulto debe tener el control de la situación. Cuando usted esté seguro que el peligro ha pasado, concéntrese en las necesidades emocionales de su niño preguntándole en qué está pensando y qué es lo que más le preocupa. La participación de los niños en actividades de la familia para recobrarse del evento les ayudará a sentir que su vida retornará a lo “normal”. Su reacción durante este tiempo tendrá un efecto duradero en él.

Usted puede ayudar a los niños a recuperarse entendiendo lo que causa sus ansiedades y sus miedos. Aliéntelos con firmeza y amor. Sus niños se darán cuenta que eventualmente la vida vuelve a lo normal.


Centro de Atención al TDA-H y problemas de aprendizaje.
Psicopedagogía Cancún SC.

lunes, 11 de mayo de 2009

Los modos de pensar son poderosos.


Los modos de pensar de cada uno de nosotros, constituyen las suposiciones e ideas que tenemos acerca de las cosas y constituyen herramientas poderosas para enfrentar las distintas situaciones que la vida nos plantea. Creo que todos nosotros, padres, maestros, psicólogos y pacientes de diferentes maneras, estamos convencidos que esto es una verdad con pocas probabilidades de ser discutida.
Sin embargo me impactó sensiblemente una conferencia que escuché a Robert Brooks PhD, Psicólogo Clínico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, acerca de la influencia de los modos de pensar en los niños y adolescentes con TDA-H. Voy a tratar de señalar brevemente cuáles fueron las ideas fundamentales que durante tres horas el trató de explicarnos.
Nuestros modos de pensar son muy poderosos y pueden influir en la determinación del trabajo que realizamos con los niños que atendemos y en su conducta.
Los niños y adolescentes con TDA-H a pesar de la vulnerabilidad propia del trastorno pueden desarrollar ciertas resistencias para enfrentar las contingencias que el ser una persona con TDA-H les impone y esto es muy importante para su salud mental y su bienestar.
¿Qué características debe tener la intervención para que cree resistencia en los niños?
· Los niños pueden ser resistentes si tienen una persona que crea en ellos, si existe un adulto carismático en su vida. Para ser un “adulto carismático” debemos tomar la decisión de estar al lado del niño sin condición, tocar el corazón y la mente de los niños sin esperar nada a cambio. Hay que ponerse en el lugar del niño y ver el mundo desde su perspectiva, solo así podemos comprender por lo que está pasando, comunicarnos con ellos y acompañarlos.
· Hay que enseñar a los niños a resolver problemas y tomar decisiones, sin enojarnos. Todos los niños, hasta los más pequeños pueden resolver problemas y tomar decisiones, a los niños con TDA-H esto se les hace muy difícil por la impulsividad. Hay que pensar en las alternativas para poder enseñarlos a enfrentar y solucionar los diferentes problemas que enfrentan como consecuencia del trastorno y que si no logran hacerlo esto puede traerles muchas frustraciones y sentirse muy abrumados.
· Es importante identificar sus ”Islas de Competencias”, sus áreas de fortalezas. Pregúntenle que es lo que ellos saben hacer bien. Nunca podrán trabajar para resolver sus dificultades sin conocer para qué son buenos. Y lo que es más importante hay que reforzar esta idea ante la comunidad, los compañeros de clase, los hermanos, el resto de la familia, los amigos. El trabajo de ayuda e intervención con ellos se deberá centrar en las fortalezas para a partir de ellas influir y modificar las debilidades.
· Los niños y adolescentes con TDA-H saben que ellos tienen fortalezas, lo importante es no ser compasivos y demostrarles que ellos pueden hacer una diferencia en el mundo. Por lo general son muy creativos y suelen estar dispuestos a ayudar y esta disposición hay que aprovecharla. Hay momentos en que el utilizar con ellos las palabras mágicas “NECESITO TU AYUDA” pueden hacer la diferencia, pedirles que ayuden en una labor en la escuela, en la comunidad, formar “Comité de Expertos” para algo, esto puede hacer la diferencia y darle un sentido diferente a su vida.
· Los niños con resistencia pueden desarrollar autodisciplina y autocontrol. Ellos viven el aquí y el ahora cada día y no pueden ver metas ni objetivos a largo plazo. Necesitan que se les recuerden las reglas y que la repitamos una y otra vez y todas las veces que sean necesarias sin enojarnos, Necesitan que se les anticipen las consecuencias, saber de antemano qué puede pasar si no cumplen con una regla, pero mucho más importante es que ellos participen en el establecimiento de reglas y consecuencias y acuerden con ustedes cómo recordárselas

¿Por qué es importante desarrollar resistencias en los niños con TDA-H? porque ellos han tenido muchas experiencias de fracasos y ellos sienten dolor y prefieren mostrar que son traviesos antes de aparecer como tontos. Es importante que entendamos que el temor a cometer un error es un impedimento importante para aprender y los maestros y los padres son los primeros que tienen que considerar esto y preguntarse acerca de qué deben hacer para no minimizar a los niños.
Debemos desarrollar en los niños un modo de pensar resistente al estrés que le provoca el no poder poner atención, el no poder pensar de manera organizada, el tener dificultades para regular su conducta., el tener miedo a fracasar. Cuando le quitamos a los niños el miedo al fracaso, ellos se sienten seguros en el salón de clases y aprenden y se comportan de manera diferente.
Pero también los padres y los maestros, deben desarrollar un modo de pensar resistente al estrés, ya que si están estresados no pueden ayudar a los niños. El trabajar y ayudar a los niños con TDA-H constituye un desafío, no un problema. Requiere que pensemos más allá de lo común y cotidiano y cuando veamos que algo no esté funcionando, no sigamos repitiéndolo y no sigamos haciendo cada día lo mismo. Las personas se estresan más cuando están enfocadas en algo sobre lo que no tienen control y esperan que otros cambien, primero.
Las claves para trabajar con los niños con TDA-H se resumen en estas palabras: Comprender el problema, acompañar, no agotar las opciones y crear resistencias.

sábado, 9 de mayo de 2009

Los problemas de aprendizaje


Un problema del aprendizaje es un término general que describe problemas del aprendizaje específicos. Un problema del aprendizaje puede causar que una persona tenga dificultades aprendiendo y usando ciertas destrezas. Las destrezas que son afectadas con mayor frecuencia son: lectura, ortografía, escuchar, hablar, razonar, y matemática.
Los investigadores creen que los problemas del aprendizaje son causados por diferencias en el funcionamiento del cerebro y la forma en la cual éste procesa información. Los niños con problemas del aprendizaje no son “tontos” o “perezosos.” De hecho, ellos generalmente tienen un nivel de inteligencia promedio o superior al promedio. Lo que pasa es que sus cerebros procesan la información de una manera diferente.
No hay ninguna señal única que indique que una persona tiene un problema del aprendizaje. Los expertos buscan una diferencia notable entre el progreso escolar actual y el nivel de progreso que podría lograr, dada su inteligencia o habilidad. También hay ciertas señales que podrían significar que el niño tiene un problema del aprendizaje.. Es probable que el niño no exhiba todas estas señales, o aún la mayoría de ellas. Sin embargo, si el niño exhibe varios de estos problemas, entonces los padres y el maestro deben considerar la posibilidad de que el niño tenga un problema del aprendizaje.Cuando el niño tiene un problema del aprendizaje, él o ella:
· Puede tener problemas en aprender el alfabeto, hacer rimar las palabras o conectar las letras con sus sonidos;
· Puede cometer errores al leer en voz alta, y repetir o detenerse a menudo;
· Puede no comprender lo que lee;
· Puede tener dificultades con deletrear palabras;
· Puede tener una letra desordenada o tomar el lápiz torpemente;
· Puede luchar para expresar sus ideas por escrito;
· Puede aprender el lenguaje en forma atrasada y tener un vocabulario limitado;
· Puede tener dificultades en recordar los sonidos de las letras o escuchar pequeñas diferencias entre las palabras;
· Puede tener dificultades en comprender bromas, historietas cómicas ilustradas, y sarcasmo;
· Puede tener dificultades en seguir instrucciones;
· Puede pronunciar mal las palabras o usar una palabra incorrecta que suena similar;
· Puede tener problemas en organizar lo que él o ella desea decir o no puede pensar en la palabra que necesita para escribir o conversar;
· Puede no seguir las reglas sociales de la conversación, tales como tomar turnos, y puede acercarse demasiado a la persona que le escucha;
· Puede confundir los símbolos matemáticos y leer mal los números;
· Puede no poder repetir un cuento en orden (lo que ocurrió primero, segundo, tercero).
· Puede no saber dónde comenzar una tarea o cómo seguir desde allí.
Si el niño tiene problemas inesperados al aprender a leer, escribir, escuchar, hablar, o estudiar matemáticas, entonces los maestros y los padres pueden investigar más. De igual forma puede ser, si observan que el niño está luchando más de lo normalmente esperado en el aprendizaje de estas destrezas.
Los problemas del aprendizaje tienden a ser diagnosticados cuando los niños llegan a la edad escolar. Esto es porque la escuela se concentra en aquellas cosas que pueden ser difíciles para el niño, leer, escribir, matemática, escuchar, hablar, razonar. Los maestros y los padres observan que el niño no está aprendiendo como se esperaba. Es posible que la escuela solicite una evaluación para ver cuál es la causa del problema. Los padres también pueden solicitar una evaluación.
Los apoyos o cambios en la sala de clases (a veces éstos son llamados acomodaciones) ayudan a la mayoría de los alumnos con problemas del aprendizaje. Es importante recordar que el niño puede necesitar ayuda tanto en la casa como en la escuela.

jueves, 7 de mayo de 2009

Educar la competencia social en la Infancia y la Adolescencia


Para lograr un desarrollo social en los niños y adolescentes se requiere la adquisición de un comportamiento positivo y hábil en el manejo de las relaciones sociales, o sea el desarrollo de la competencia social. Lograr competencia social implica el desarrollo por un lado de un comportamiento social positivo y por el otro el desarrollo de modos hábiles de llevar a cabo ese comportamiento de modo que le permita al niño y adolescente una interacción social satisfactoria.

El comportamiento positivo o “comportamiento prosocial”, como también se le llama, implica la adquisición de actitudes sociales positivas, o sea las creencias y sentimientos que predisponen a un modo positivo de interacción social, que constituyen la motivación hacia el comportamiento social que da significado a este y lo ubica como algo interno a la persona. También implica acciones en las que se ponen de manifiesto componentescialesfisiológicos, motores y psicológicos, que facilitan la puesta en práctica de esos comportamientos , mímica, lenguaje, etc.

Pero el desarrollo social requiere igualmente del aprendizaje de modos hábiles de comportarse en cada situación específica, es decir , requiere del aprendizaje de habilidades sociales.

En las habilidades sociales podemos distinguir tres componentes básicos:
· Consecuencias gratificantes para el sujeto, útiles en cuanto que facilitan el desarrollo de relaciones: tener amigos, conseguir citas, facilidad para hacer amigos en fiestas y reuniones, , etc. No solo facilitan conseguir que las relaciones sean gratificantes para el sujeto, sino que los demás busquen una mayor relación, en la esperanza de que esta para ellos sea igual de gratificante. También incluyen los comportamientos que sirven para impedir que los demás bloqueen un esfuerzo al que el individuo tiene derecho como la oposición asertiva de alguien entre los que intentan impedir que exprese opiniones, creencias y sentimientos.
· Están determinadas por la situación en que se emplean, o sea, que el grado en que un comportamiento social va a ser importante o funcional dependerá de la frecuencia con que este se encuentre en situaciones en las que es necesario su empleo, así como de la importancia o valor del objetivo a alcanzar mediante dicho empleo. Por ejemplo el comportamiento hábil para mantener relaciones con el otro sexo es más importante en los adolescentes que en los niños pequeños. También esto quiere decir que el grado en que un comportamiento hábil va a ser importante dependerá de factores situacionales, como la edad, el sexo, el objetivo de la interacción, por lo que las habilidades sociales no pueden clasificarse en adecuadas e inadecuadas sin tener en cuenta el contexto en el que se emiten.
· Presencia de diferentes componentes: cognitivos (estrategias perceptivas y cognitivas); afectivos (sentimientos, actitudes, valores); conductuales ( frases adecuadas, mensajes, voz, entonación, mirada, sonrisa, gestos, postura, expresión facial, etc) Padres y maestros necesitan conocer cuáles son los componentes más relevantes para cada habilidad en cada situación, y cuál es la cantidad óptima de cada componente que se necesita para que el comportamiento sea socialmente habilidoso.

¿Por qué hay niños y adolescentes a los que se les hace difícil el proceso de interacción social ?
Un comportamiento social problemático puede ser el resultado de la interacción de los siguientes factores:
- Una determinada situación social a la que se tiene que enfrentar el individuo
- Unas actitudes y una respuesta social inadecuada del sujeto a tal situación.
- Unos posibles factores antecedentes que predisponen al sujeto a actuar de esa forma, le llevan a perpetuar esa conducta inadecuada y le precipitan a actuar así.
- Unos posibles factores consecuentes derivados de su respuesta social inadecuada que refuerza su modo de proceder o bien inhiben otras posibles respuestas positivas ante tal situación.
El comportamiento social problemático puede darse en el curso del desarrollo normal del sujeto. Puede ser característico a muchos sujetos en una edad determinada y es un comportamiento problemático que los padres o educadores, ciertamente tendrán que afrontar en algún momento del desarrollo normal . Puede ser esporádico o aislado, sin significación clínica y que tenderá a desaparecer durante el desarrollo.

Pero por el contrario, puede que este comportamiento sea extremo y que impacte de manera considerable el funcionamiento diario del sujeto, y a quienes están en contacto con él, entonces debe considerarse como una desviación significativa y en consecuencia, ser tratado de modo clínico por un especialista.

Resulta importante identificar cuáles son los factores que predisponen a un comportamiento social no hábil y cómo poder ayudar al niño o adolescente al desarrollo de su competencia social. Padres y maestros se constituyen agentes de socialización en el trabajo con los niños y adolescentes y deben estar atentos a la presencia de los primeros síntomas de un comportamiento social problemático para brindar ayuda.

Abordaje de los problemas de comportamiento.


Los problemas de comportamiento asociados con el TDAH por lo general crean otra clase de problemas. Estos niños a menudo no entienden por qué su comportamiento no es adecuado. Esto explica por qué casi siempre parecen realmente asombrados, cuando se meten en problemas.
Uno de los mayores retos para mejorar el comportamiento del niño TDAH, es enseñarle a reconocer las consecuencias de sus actos y a ver las cosas desde el punto de vista de las demás personas. He aquí algunos consejos para ayudarle a manejar la conducta de sus alumnos con TDAH en su clase:
1. Identificar los problemas de conducta. Objetivamente, identifique cuales son los mayores problemas que obstaculizan el aprendizaje del niño. Estos no tienen que ser sus comportamientos más molestos o los que usted desea corregir, así que realice un inventario, evitando que sus emociones influyan en éste, quizás ayudaría el punto de vista de otro instructor o el de los padres del niño. Trate de ser lo más específico posible. Para cada problema escriba al menos una estrategia para eliminar o cambiar el comportamiento.
2. Identificar los problemas en el ambiente del aula.Fíjese de la manera en que usted y los demás maestros tratan al niño. ¿Son ustedes demasiado severos? ¿”Espera” que el niño se comporte y lo reprende más rápido que a los demás? ¿Ha eliminado la mayoría de los distractores posibles? ¿La clase es activa y demasiado extenuante con muchos períodos cortos de actividad y poca inactividad? ¿Son los niños supervisados de muy cerca, especialmente cuando trabajan en parejas o en grupo? Observando la manera en que ustedes educan y el ambiente de clase, ayudará a eliminar rápidamente algunos comportamientos indeseables.
3. Modele la conducta saludable Indique los comportamientos que usted desea que el niño siga, como el no hablar cuando otro está hablando, guardar los útiles después de usarlos, utilizando una voz tranquila y no siendo demasiado crítico.
4. Cuente sus retroalimentaciones. Trate de mantener un registro de las retroalimentaciones positivas y de las negativas que les da a los niños con TDAH en la clase. Como seguramente muchas de estas son negativas, busque áreas y habilidades para elogiar activamente, para no parecer malo o negativo.
5. Sea específico. Déle a los niños con TDAH mensajes e instrucciones precisas y específicas. Ellos no son capaces, muchas veces, de leer entrelíneas en una frase. Usted necesita hablar claro, palabra por palabra, lo que usted desea que el haga, exactamente en la manera que usted está pensando. Al dar instrucciones específicas que incluyan acciones específicas, elimina cualquier duda o mal entendido o mala interpretación. Use frases cortas.
6. Utilice los premios correctamente.Hay una gran tentación de “impulsar” el buen comportamiento de un niño con TDAH utilizando recompensas materiales, para cada buena acción. Aunque es algo positivo, busque otras alternativas. Las recompensas pueden ser también, elogios en frente del salón de clase o los padres del niño, un simple “gracias” o “bien hecho” significa una buena oportunidad de elevar su posición en la clase. Los premios son aún más efectivos, cuando el niño escoge su recompensa. Y usted quedará sorprendido de lo que pueden solicitar.
7. Utilice la frase: “cuando.... entonces...” Si un niño no está realizando un comportamiento específico, como mantenerse sentado o guardar silencio, pruebe utilizar la frase: “cuando.... entonces...” como: “Cuando te sientes y dejes de hablar, entonces explicaré las reglas del juego que vamos a comenzar.” O “Cuando patees la pelota chica hasta la meta, entonces cambiaremos a la pelota grande”. Obviamente la parte “entonces” debe sonar emocionante y gratificante y servir como un estímulo para dirigir el comportamiento hacia lo adecuado. Siempre utilice “cuando” en vez de “si”, por que “cuando” implica que el niño debe hacer algo y “si” implica que tiene la opción de hacerlo o no .
8. No utilice el TDA como una excusa. Resístase al recurso de utilizar el TDAH como una excusa para el comportamiento del niño. Si usted lo exenta de sus consecuencias, responsabilidades y expectativas por el hecho de que el tiene TDA-H, no le está haciendo ningún favor. Es más fácil usar el TDAH como una excusa en vez de tratar de hacerle seguir las reglas, pero esto significaría que nos estamos rindiendo ante él. Tómese el tiempo y el esfuerzo necesario para ayudar al niño. Implica muchísimo tiempo al principio, pero pagará grandes dividendos en el largo plazo.
9. Hable agradablemente.Si usted quiere que un niño con TDAH le escuche, trate de hablar despacio, con bajo volumen y breve. Los niños a los que se les gritan las instrucciones y los gritos aumentan, conforme aumentan las instrucciones, son niños que se quejan todo el tiempo. También ayuda hacer contacto visual antes de empezar a hablar, así usted sabe que cuenta con la atención del niño.

La educación requiere hacer tocar muchas teclas.



¿Cómo hacer que mi hijo obedezca? ¿Cómo me gano su respeto? ¿Cómo vencer el reto de ser la autoridad? ¿Qué puedo hacer para educar bien a mi hijo? Estas y otras son las preocupaciones que de manera cotidiana tienen muchos padres en cuanto a la educación de los hijos en el seno de la familia.
Pero no podemos perder de vista que en la educación de los hijos influyen muchos contextos de relación, en los cuales transcurre la vida en los años de conformación personal de cada individuo. No caben dudas que la familia es el principal entorno, el primero y como señalan muchos estudiosos de la influencia de la familia en la educación, es el núcleo de la sociedad, la institución educativa más sencilla y universal, la más económica y eficaz y también la única capaz de proporcionar la educación más completa.
El ambiente familiar no es fruto de la casualidad ni de la suerte. Es consecuencia de las aportaciones de todos los que forman la familia y especialmente de los padres. Los que integran la familia crean el ambiente y pueden modificarlo y de la misma manera, el ambiente familiar debe tener la capacidad de modificar las conductas erróneas de nuestros hijos y de todos sus miembros y de potenciar al máximo aquellas que se consideran correctas.
¿Cómo hacer que la familia pueda cumplir esta función universalmente asignada?
Primeramente el niño debe vivir en un ambiente predecible, o sea un ambiente estructurado y consistente. ¿Qué significa esto? Un orden, rutinas y reglas acordes con los valores y principios que sustentan la familia y que estos se cumplan, que realmente guíen el quehacer cotidiano del niño y su familia.
Sam Goldstein, Dr en Psicología en la Universidad de Utah, plantea que las reglas del juego para que los padres puedan ejercer la función de educadores de los hijos son precisamente las reglas. “Las reglas proporcionan orden, ofrecen un campo común sobre el cual las personas pueden interactuar y crean un marco justo. No obstante algunas actividades humanas, tales como relaciones sociales o la crianza de los hijos, por su complejidad y diversidad desafían la posibilidad de crear un número finito o fijo de reglas.
Las reglas forman la base necesaria para ayudar al desarrollo de un número importante de cualidades imprescindibles para manejarse en los entornos sociales. La habilidad para seguir comportamientos gobernados por reglas permite a los individuos funcionar exitosamente dentro de los grandes grupos. Es por ello que en el proceso de crianza de los hijos, independientemente de la cultura de que se trate, las reglas tienen un rol clave. Las reglas permiten que los niños entiendan los límites y aunque las critican con frecuencia, obtienen confort y seguridad en la medida en que las entienden. Las reglas conforman el fundamento sobre el cual se ayuda a los niños a desarrollar autodisciplina y sirven como guías en la resolución de problemas.
Pero lo más importante es establecer un sistema de reglas justo y consistente. Sabemos que cada niño tiene necesidades únicas, pero la experiencia ha demostrado que la principal dificultad para el establecimiento de reglas justas y consistentes por parte de los padres, es la impaciencia por poner en marcha una estrategia que omite analizar en primer lugar, las ideas preconcebidas que tienen al respecto y sus consecuencias: ¿Cuáles serían las reglas para garantizar la seguridad de mi hijo y de los demás; cuáles se deben cumplir porque garantizan el orden y el cumplimiento de las responsabilidades; cuáles pueden negociarse; qué consecuencias se derivarían de ellas; en qué medida las personas significativas para el niño están de acuerdo en su aplicación?
El Dr. Goldstein considera que las reglas son los cuatro puntos de una pirámide que garantiza el trabajo de los padres con los hijos. “Cada punto, está intrínsecamente conectado con los otros y cada uno depende de los otros. Estos cuatro puntos involucran reglas relacionadas con cuatro amplias categorías: Obediencia, rutinas, respeto y sí mismo”.
Las reglas relacionadas con la obediencia toman en cuenta que el niño haga las cosas cómo se le ha dicho que las haga. Obedecer reglas es factor crítico en el camino para lograr que las cosas sean hechas. Lo más importante para una correcta orientación para las reglas de obediencia desde la perspectiva de los padres, es pensar si los niños necesitan hacer lo que se les pide en el momento en que se les ha pedido, cuándo deben hacerlo y si esas solicitudes son justas y razonables.
Las reglas relacionadas con las rutinas permiten a los niños un orden, pensar en las transiciones necesarias y asumir responsabilidades. Para un niño las rutinas le dan seguridad, les facilitan el orden de las cosas, les permiten pensar en lo que viene, organizan su quehacer y su conducta.
Las reglas relacionadas con el respeto, se extienden más allá de aquellas involucradas en la obediencia. No es sólo importante que los niños hagan aquello que se les ha solicitado o indicado, sino que hablen y se comporten de forma que reflejen respeto, no sólo hacia los adultos y compañeros, sino hacia el entorno social en general.
Finalmente, las reglas ligadas con el sí mismo son aquellas guías que cada individuo desarrolla y utiliza para dirigir su comportamiento durante el día. Estas reglas forman los fundamentos de estilo de personalidad, la manera en que manifiesta autocontrol.
Es importante tomar en cuenta que en estas cuatro áreas, hay reglas, orientaciones para la aplicación y consecuencias para el éxito o la falta. Cuando haya la necesidad de cambiar, de modificar o de desarrollar reglas en cualesquiera de estas cuatro áreas, piensen en qué reglas quisieran que su hijo utilizara para dirigir su comportamiento y entonces establezcan un orden, una prioridad, nunca todas a la vez. Entonces piensen: ¿Han definido suficientemente estas reglas para sus hijos? ¿Las consecuencias para el éxito y la falta están bien definidas y se ponen en ejecución constantemente? ¿Cuán eficaz han sido ustedes en hacerlas cumplir? Sólo entonces, seleccionen el área que creen está más necesitada de su atención. Es necesario saber qué es lo que se quiere cambiar, por qué quieren cambiar algo, establezca prioridades. Comience por aquí, pero no es lo único.
Nuestros modos de pensar acerca de la educación de los hijos también son muy poderosos y pueden influir en la manera en que nos relacionamos con ellos y en su conducta. Resulta importante hacer a los niños fuertes y resistentes a las contingencias que la vida actual les pone por delante. Los niños con resistencia pueden desarrollar autodisciplina y autocontrol. Es importante que no perdamos de vista que educamos a los hijos para que aprendan a solucionar los problemas que se les presentan en la vida cotidiana y puedan prepararse para a su vez formar una familia.
Los niños pueden ser resistentes si tienen una persona que crea en ellos, si existe un adulto carismático en su vida. Para ser un “adulto carismático” debemos tomar la decisión de estar al lado del niño sin condición, tocar el corazón y la mente de los niños sin esperar nada a cambio. Hay que ponerse en el lugar del niño y ver el mundo desde su perspectiva, solo así podemos comprender lo que pasan, comunicarnos con ellos y acompañarlos.
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